Cada día se están encontrando más evidencias de que el TDAH tiene causas biológicas genéticamente hereditarias y no es causado por factores ambientales, aunque sí puede ser agravado por éstos.
Una importante característica común, es que sus frecuencias de actividad neuronal y sus ondas cerebrales son más rápidas e irregulares, que en el común de las personas.
Eso causa una sobrecarga energética del sistema nervioso, produciendose así la inquietud física motriz (HIPERACTIVIDAD) y la inquietud mental (DÉFICIT DE ATENCIÓN)
Mediante estudios encefalográficos podemos observar las diferencias en las ondas cerebrales entre quienes no tienen y quienes tienen TDAH.
En las personas que tienen TDAH, encontramos que sus cerebros están habilitados para producir fácilmente las frecuencias neuronales rápidas e irregulares que son características de la inquietud (de ahí su hiperactividad y su atención dispersa). Pero les resulta muy difícil el producir las frecuencias y las ondas neuronales características de los estados de paz, tranquilidad y concentración mental, ya que les resultan casi por completo desconocidas.
De manera que, lo fundamental, es ayudarles a desarrollar la habilidad de producir fácil y rápidamente esas frecuencias neuronales, asociadas a los estados de paz y tranquilidad, lo cual le da solución al problema en su causa original. Esto elimina la necesidad de administrar fármacos.
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